¡oh días de julio del
dos mil dieciséis! me sois testigos de cada vez que estreche sus manos junto a
mi pecho, de las veces que estuvo entre mis brazos, sí, me sois testigo mayo,
junio, julio de las veces que con nuestros ojos cerrados se unieron nuestras
bocas, más el eco de mi voz susurro te amo, (ella solo sonreía y decía yo también
e insinuaba que deseaba otro beso).
Henry Zuñiga
No hay comentarios:
Publicar un comentario