Muy a menudo suelo frecuentar los lugares que juntos conquistamos, si, aquellos espacios que el tiempo nos prestaba y que la vida nos regalaba… Ahora nosotros los de ese entonces ya no somos los mismos… Nos ha separado la distancia, el olvido, la desconfianza, el ya no te quiero {…} ha sido tan corto nuestro amor y tan largo este olvido, o quizá fui el único que se enamoró y entrego toda su alma en cada espacio, tiempo, detalle, palabra, no me lo dijo a los ojos, busco el medio de la escritura y a la distancia me dijo; te quiero, sí; pero no te amo lo suficiente, aún hay otro en mi corazón…
Lo leí una, dos, tres y más veces, un suspiro broto de mi alma y se escapó a través de mis ojos, era tan ardiente como la palabra infierno, con mis puños golpeaba la pared y hablaba conmigo, quizá parecía como un loco, lleno de remordimiento, me sentí inútil, cogí unas piedras y las empecé a lanzar hacia el espacio.
Cada beso suyo, su mirada, sus abrazos, sus carias, sus gestos, el perfil de sus palabras, a lo lejos un te amo pronunciado a gritos en compañía del silencio, es tan corto el amor y tan difícil el olvido, olvídame tú porque yo no puedo…
Henry B. Zuñiga Caal