A la
distancia…
El día y la
noche…
la soledad y
la compañía
el amor y
sus mentiras,
un farol
llena de luz el alma de otros
los demonios
deambulan por mis pensamientos
no puedo ser
inmune a la distancia,
al amor.
Querer
pensar que estas,
cuando en
realidad no estas,
no quiero
depender de un sueño,
quiero vivir
para ti,
¡eres
orgullosa!…
No sirve de
nada que niegues a cada instante
que mis
besos provocan el deslave de tu volcán…
sigue
negando mi amor…
Llegaran las
tardes y desearas
como yo
deseo en este instante
sentir tu
respirar junto al mío,
no digas
nada,
solo deja
que mis manos,
recorran las
líneas de tu figura…
Deja que mis
besos despierten en ti
lo que tú tratas de ocultar,
no me
mientas,
no me digas
que todo está bien
tus ojos, tu
mirada, tu sonrisa
delatan que
tu aún me amas
ya no
niegues este amor
hace tiempos
tenía miedo
a perder lo
que más amaba
ahora que te
he perdido
ya no tengo
miedo
a gritar que
te perdí por cobarde
creía en un
misterio
en una
religión
a la
distancia,
el día y la
noche…
La soledad y
la compañía
el amor y
sus mentiras
un farol
llena de luz el alma de otros
los demonios
deambulan por mis pensamientos
no puedo ser
inmune a la distancia
al amor,
querer
pensar que estas,
cuando en
realidad no estas,
No continúes
con esta mentira
me duele
decir que todo va bien
cuando tú
sabes que desde el día
que me
dijiste; eras el amor de mi vida
ese día deje
de ser el hombre culto,
que creía en
misterios religiosos
ese tipo soy
yo,
el que te
acompañaba a ver las estrellas
aunque tú
estuvieras en tú ventana
y yo en la
mía,
no mientas,
tú mirada, tú
sonrisa
esa manía
tan femenina y suya
mi amor,
me dice a
gritos que guardas un secreto
del porque
nuestro amor no pudo ser,
seré yo,
será la
religión,
será tú
familia,
seré yo,
el hombre
que te ama
con los ojos cerrados
con el alma,
rindiéndose cada día
a los gritos de su
mirada.
Henry
Benedicto Zuñiga Caal
Petén
Guatemala
©Derechos reservados
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