miércoles, 16 de septiembre de 2015

La lucha del ayer...



Camarada,
 compañero,
 hermano,
si con estas palabras la herida sangra
 tampoco se cura,
 mucho menos la memoria olvida...

Te hablo de ayer,
cuando sufrias y dejabas la semilla enterrada,
hoy convertidos hijos de la lucha de ayer,
 historias y poemas,
cuentos reales escritos con llanto y tinta de sangre.

Camarada,
tu dolor germino la semilla,
que se ha convertido en un frondoso ser,
 los hijos de los que supuestamente perecieron,
 hoy cuentan tus hazañas y en los grandes libros de mi memoria aun continuo escribiendo.
Henry Zuñiga
Peten Guatemala

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